martes, 16 de diciembre de 2014

Y volver a vivir lo vivido


Con ganas de parar y ver el mundo,  de contemplarlo, de sentir su fuerza y su luz.
Con ganas de parar y escuchar el silencio interrumpido de la noche, roto por pájaros que aclaman libertad.
Con ganas de parar y disfrutar la soledad rodeada de vida.
Con ganas de parar y perderme en las miradas de desconocidos que se te clavan cayendo en la admiración incomprensible.
Con ganas de parar y sentir la brisa cálida y mojada, mojada de agua que concede esperanza.

Con ganas de parar y entender la sencillez del presente, la simplicidad del momento y la magia de la vida.