miércoles, 8 de marzo de 2017

A los ojos mirarla.

Nada ni nadie
se atrevió si quiera
a los ojos mirarla.

Aun sabiendo todos
que no era el amor
lo que escuchaban,
nada ni nadie
dijo nada.

Cada grito
quedó insonorizado
por el silencio cómplice.
Y se fueron sumando,
una tras otra,
a un pilón de vergüenza
que esta sociedad construyó.

Nada ni nadie
se atrevió si quiera
a los ojos mirarla.

Es él quien el cuchillo,
la soga o el gatillo aprieta,
pero somos todos
los que construimos esa escena
de ese, y todos, los crímenes.

Atrocidad cotidiana
que nos devora,
barbarie que nos aniquila,
a todas.

Mira,
levanta el rostro
y denuncia.
Y a ti, que miras,
a ti que escuchas,
a ti que rehusas de principios
por cobardía,
a ti, que tendrás hija, hermana,
o madre.
Por favor no lo permitas.

A ti que sufres
la insolencia del loco,
del carroñero y asqueroso,
a ti, te digo fuerza,
te digo no estás sola,
estamos contigo,
hay salida.