sábado, 6 de febrero de 2016

Disparen sus armas

Disparen sus armas
de agresivos puntales
y mortíferos escombros,
con venganza y olvido.
Que yo os esperaré
con el alma limpia
y el corazón tranquilo,
vibrante sin temblor.
Carguen hasta matar,
pues no lo conseguirán:
no puede morir
quien a la guadaña
no tiene miedo,
a la oscuridad de la sombra
ni al frío de la muerte.
Carguen sus armas
hasta quedarse sin cartuchos,
irán perdiendo posibilidades
con cada bala genocida,
y el bermellón derramado,
sólo me hará reafirmarme,
en aquello en lo que creo.
Podrán hacerme sangrar,
llorar, gritar, e incluso,
acabar con mi imagen.
Pero jamás,
jamás rendirme, abandonar
aquellos ideales
que siempre me mantendrán,
incluso cuando muera,
viva.



lunes, 1 de febrero de 2016

Recordatorio(s)

Hoy, un día de estudio, de biblioteca, me ha recordado cómo debería ser cada día de la vida, por desgracia se me va olvidando y necesito recordatorios como el de hoy.
Darme cuenta de lo bonita que es la vida y lo llena de magia que está allá donde miremos, solo debemos saber mirar, ser conscientes de la injusticia que nos rodea, del consumismo que consume y de lo aislados que estamos envueltos en vidas ajenas. Es necesario ver lo no tan bonito para poder ver la belleza, ver que en nuestras manos está la posibilidad de cambio, de mejora, en cada instante tenemos la capacidad de hacer de este mundo un hogar más habitable, más humano, con más cariño, más amor y más sonrisas.
Hoy he recordado el país del que vivo enamorada. Quiero compartir estos extractos de mis pensamientos de aquellos días en los que viví una gran confusión, pues no sabia que sentir al ver la muerte, la pobreza y el hambre de la mano de la felicidad, la magia y el respeto, todo junto.

12, septiembre, 2014. India.
Qué fácil es ser feliz y que complicado es vivir. 
Al contrario que en nuestro amado occidente, donde vivir es tan fácil que ni lo valoramos, no valoramos el precioso día a día. Pero en cambio, que complicado es ser feliz, ni si quiera sabemos como se alcanza ese estado y buscamos la respuesta en libros y frases conmovedoras. Estas personas jamás verán esos libros y jamás entenderán que haya gente que los necesite.
"La felicidad no está en el dinero pero ayuda", cuantas veces he escuchado esa frase y cuantas me la he creído... pero no, no es así. En este viaje he visto sonrisas que los verifican, sonrisas que emocionan que hacen llorar y considerarte más estúpida que nunca. ¿Cómo una persona sin nada puede sonreir y ser feliz?
También he visto una pobreza absoluta, miseria, algunos felices y otros no, evidentemente, pero todos agradecidos de poder vivir otro día más, porque en este país para muchos, cada día es un mano a mano contra la muerte. 
El otro día en una estación esperando el tren, vi a un grupo de unas 50 personas que echaban a palos del andén, eran intocables, la casta más baja de la India, sin derechos, tenían un aspecto denigrante, sucios, muchos con heridas mal curadas, con marcas... andaban por el andén sin rumbo, sin un lugar al que ir, con todos sus pertenencias (leña y poco más). Al ver esto me emocioné y tardé poco en reaccionar, me levanté y les di todo lo que llevaba en el bolsillo, no serían ni 500 rupias, algo menos de 7 euros. Me lo quitaban de las manos como el bien más preciado, como la solución al hambre que tenían, y es que es así,con ese dinero podrán tener al menos una comida, pero ¿y mañana? Mañana será otra lucha, y más hambre y más sufrimiento. 
Que mundo tan injusto este en el que vivimos, ¿de verdad que no se pude hacer nada para cambiarlo? Pleno siglo XXI, donde al parecer todo es posible, pero ¿no hay nada que se pueda hacer para que esta gente no se muera de hambre? 
Yo creo que sí, que todo es posible, y que gracias al trabajo y a la ilusión de muchas grandes personas, que hacen que este mundo sea más habitable, logran a partir de ideas, o incluso de sueños, mejorar la vida de muchas personas.
Porque creer es crear... que nunca te falte un sueño por el que luchar, por el que despertarte cada mañana.

30, septiembre, 2015. Primer día en España después de un mes en India.
Hoy he vuelto y me he ido.
Me fui cansada de la monotonía y de la rutina, cansada de una sociedad vacía y adormecida por el dinero y la televisión. Y llegué a un mundo caótico, obligado a estar despierto, un mundo vivo donde todo, absolutamente todo es posible.
Creo que a veces es necesario irse para encontrarse a sí misma.
En India me conozco, lloro y río, y sé por qué lloro y por qué río. India me enseña a ver otras perspectivas de este planeta tan dispar, y comprendo que mi modo de verlo es solo uno más entre millones. India me enseña a relativizar: tanto los problemas, absurdos los que me suelen atrapar como las alegrías que me hacen replantearme qué es lo que me hace auténticamente feliz. India me muestra un lado de la balanza que no se puede observar desde la altura de la opuesta, y no se puede porque no se quiere: preferimos la ignorancia injusta y rica de algunos que la igualdad justa. India me ensña la tolerancia y el amor como único principio. 
He vuelto a casa, a mi gente, y me he ido. Me he ido de la belleza más pura oculta a veces por la suciedad. India es la vaca que como bolsas de plástico en medio de un mundo que no es el suyo. India es el menosprecio a la mujer por ser mujer. India es el empoderamiento de los ricos creyéndose en derecho a todo por su posición social. India son cucarachas, ratas, perro callejeros. India es un olor que no te deja respirar. India es injusticia, tristeza, pobreza, hambre y dolor.
Pero todo eso puede llegar a quedar oculto por una sonrisa verdadera, una felicidad pura y una simpleza perfecta. 
Creo que el mensaje más importante en esta vida es, y que cada uno lo interprete como quiera: ama, ama, ama y ensancha el alma.

PD: nunca olvidar que vivimos en un camino, con cruces, baches, a veces a solas y otras con manos que nos acompañarán, con inconvenientes, con sobresaltos, puentes, pero por favor, nunca con muros que nos dividan.